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Innovación y Productividad


Fuente: US Bureau of Labor Statistics


Me ha llamado la atención un artículo del economista Paul Krugman, premio Nobel, aparecido en el New York Times el 25 de Mayo de 2021. En Remembrance of futures past (recuerdo de futuros pasados) Krugman se pregunta si las nuevas tecnologías han aumentado la productividad (producción por hora/persona).


Las cifras que cita llaman muchísimo la atención, pues la productividad ha crecido sólo la mitad desde 2007 (el año en el que fue introducido el IPhone) que en el periodo desde la II Guerra Mundial.


Las estadísticas oficiales en las que se basa el analista son las siguientes:


Las estadísticas del cuadro nos permiten hacer un análisis más detallado del fenómeno de decrecimiento del aumento de la productividad, o al menos sugieren importantes preguntas.

Observamos un importante aumento de la productividad en el periodo que va desde la reconstrucción que siguió a la Segunda Guerra Mundial hasta el primer shock del petróleo (1973), en el que el brusco aumento del precio del crudo por la OPEP fue una de las más importantes causas de una recesión económica mundial acompañada de hiperinflación. Y si la tecnología jugó un rol importante en el aumento de la productividad de la postguerra, se trató en todo caso de tecnologías distintas a las que asociamos con la revolución digital.

El periodo que le sigue, 1973-1979, está relacionado directamente con la crisis del petróleo. Pero es el posterior, 1979-1990, con un aumento de la productividad poco mayor que el de la crisis precedente, e igual al más reciente de 2007-2020, el que nos debiera hacer reflexionar.


1979-1990 fue el periodo en el que los microordenadores (PCs) se hicieron omnipresentes, reemplazando rápidamente las funciones realizadas por los mainframe, y los minicomputadores del tamaño de un refrigerador, producidos por empresas como IBM y Digital Equipment.


Los microordenadores producidos por IBM (y el emergente estándar WINTEL, es decir CPUs producidas por Intel y sistemas operativos Windows de Microsoft) y Apple conquistaron todos los escritorios del mundo. ¡Pero la productividad no creció de modo apreciable!


Los periodos 1990-2000 y 2000-2007 en los que sí se produjo un aumento mayor de la productividad los podemos asociar con el desarrollo de internet y el aumento exponencial de sus usuarios, que ha continuado hasta hoy. Actualmente los usuarios de internet se estiman en 4.7 mil millones (websitehostingrating.com).

Desde 2007 hasta hoy la revolución digital ha continuado, pero ello no se ha traducido en aumentos importantes en la productividad. Por ejemplo, el comercio electrónico se ha expandido rápidamente y se espera que pronto alcance los $5 billones de ventas. ¿Pero hasta qué punto no se trata simplemente de un fenómeno de “canibalización”, acelerado por la pandemia del covid 19, y que en la práctica ha aumentado el desempleo, al mismo tiempo que ha representado una oportunidad de supervivencia para muchos pequeños negocios, y una fórmula de éxito para Amazon?


Como vemos, el tema que estamos estudiando, la relación entre la difusión de la tecnología, especialmente las tecnologías informáticas (sobre todo a partir de 1980) y el aumento de la productividad, no es simple. Un primer paso para avanzar en nuestra comprensión de este complejo fenómeno es dejar de lado afirmaciones simplistas como “la revolución digital es necesariamente una fuente de aumento de la productividad”.


Una segunda consideración, que dejamos al lector avezado y para futuros artículos, es un análisis más profundo del tema. Es posible que si nos concentramos sobre tecnologías específicas, industrias acotadas, e incluso consideramos diferencias geográficas, se haga un poco de luz sobre tan complejo asunto.


Fuentes:




Consultados el 6 de Julio de 2021


Harry Costin

 
 
 

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